La imaginación de los niños no tiene límites. Pueden transformarse en superhéroes con disfraces improvisados. Basta con unas botas de agua, un traje de baño o un tutú y quizás una toalla como capa, y ya están listos para salvar el mundo con sus superpoderes. Y así se convierten en los pequeños héroes más bonitos de la casa, capaces de hacer magia cuando sueñan. El acabado en porcelana blanca mate con toques de esmalte realza la riqueza de detalles de estas divertidas creaciones. Las máscaras y los soportes, en tonos a juego, ponen la nota de color.