Los ángeles, protagonistas de muchas las creaciones surgidas de los talleres de Lladró, cuenta con una nueva representación. Un querubín, del que destacan la perfecta ejecución de los rasgos del rostro y el minucioso trabajo de grabado de las alas, que observa maravillado a la simpática mariposa que se ha posado en su brazo. Una escena, elaborada en porcelana blanca mate con sutiles toques de color, que es todo dulzura.