Esta creación parte de una visión contemporánea de Minnie, la gran compañera de Mickey Mouse. Su planteamiento creativo toma de referencia la técnica de los dibujos animados y sus trazos en tinta negra sobre blanco. De este modo, para la decoración de Minnie se ha optado únicamente por el uso del color negro combinado con toques de lustre dorado aplicados en los lazos del cabello y del calzado y en la punta de su nariz. El resultado es una Minnie inconfundible y entrañable que ha cambiado su tradicional vestido rojo por uno blanco con lunares negros aplicados con la máxima precisión.