Este impresionante dragón de porcelana, una edición limitada de 777 unidades, en honor a las siete décadas de Lladró, es la más reciente incorporación a la colección Origami. La criatura más majestuosa de la milenaria cultura oriental es un símbolo universal de poder, fortuna y buena suerte. Para su decoración se emplean pigmentos minerales naturales, recubiertos por una fina capa de óxido metálico que intensifican el color rojo predominante. Una tonalidad que se enriquece con el contraste de los detalles dorados que complementan el acabado de la pieza. Como el resto de piezas de la colección Origami, supone una visión contemporánea e innovadora del tradicional arte japonés del origami, en el que las formas geométricas producidas por los pliegues del papel se transforman en facetas de gran poder escultórico y decorativo